El reencuentro de las hermanas Rubio Alberca.

¡Buenas tardes a todos!

Estos días están siendo bastante normales puesto que ya quiero disfrutar de Lille los dos últimos meses que me quedan… hay que ver cómo ha pasado el tiempo de rápido y no sabéis la pena que me da, aún no me hago la idea de volver a España y dejar todo esto; así que hay que disfrutar al cien por cien, y eso es prácticamente lo que estoy haciendo.

Desde que escribí, la vida ha transcurrido su curso normal y he ido a clase, a la biblioteca, a mis deportes, he salido, he entrado y todo como siempre. Así que me limitaré a contar tres anécdotas que me pasaron antes de que viniera mi hermana, que es cuando puedo contar qué cosas diferentes hemos hecho:

-Como me propuse ser responsable he estado yendo a clase, pero no paran de pasarme cosas que me lo impiden. Un día fui a Droit des sociétés con mi ordenador para tomar apuntes –para hacerme la chula- y lo encendí con tan mala suerte que la noche anterior se me había ocurrido escuchar la lista de «TODO REGGAETON» de Spotify –que voy de xuliya que no lo escucha pero, al final, como española soy la fan number one- y se había apagado el portátil por falta de batería; así que lo cargué toda la noche pero la lista seguía en play. Por lo que al encenderlo sonó a todo volumen en un amphi de 200 personas aproximadamente esta canción: Por fin te encontré- Cali y El Dandee. Risas porque también se me bloqueó el ordenador y tuve que salir corriendo, literalmente, con el ordenador como si fuera un paquete bomba.

-Esa misma semana y sólo un día después fui a Procédure pénale. Aquí en Lille va un 50% de los alumnos a las clases magistrales –o incluso menos- así que me pareció un poco raro ver a tanta gente en la puerta de la clase. Total que entro, me siento y oigo «rangez tous vos affaires, je vais vous donner l’examen» ; sí, vengo a clase en mi ignorancia y me encuentro que hay un galop d’essaie -lo que viene siendo un parcial de toda la vida pero aquí son unos poéticos-. Así que me levanto y huyo por la puerta como si nada con cara de«no, no yo es que me he confundido de clase». Como nota aclaratoria diré que no teníamos que hacer ese examen, que sólo nos faltaba eso.

-Un día de estos de Gare Saint Saveurfiesta en casa de Ainara y fiesta en Arts et Métiers; yo me quedé sentada en un banco de Jean Baptiste Lebas esperando a Ariadna. Se me acercó un payico –porque se piensan que una tía sola sentada en un banco está falta de cariño- y se puso a hablarme, yo le pedí amablemente que se fuera y detectó que era española así que me preguntó que de dónde era. Basta decir que siempre que nos preguntan de dónde somos mis amigas son de ciudades conocidas y yo siempre tengo que explicar dónde está Murcia –especificando que no está ni al lado de Salou, ni de Barcelona y que no, no es Andalusía- siempre que no sean frikis del fútbol y conozcan al Real Murcia, o sean de Marruecos/Argelia y hayan pasado por allí para ir a casa o tengan conocidos allí, o hayan trabajado en la huerta, o dé la casualidad que hayan hecho el Erasmus allí y estén enamorados de la ciudad se acaban ahí los casos de la gente que conozca Murcia,salvo un hombre MUY RARO que conocía la catedral-. Así que me limité a decir que era de Madrid. Total que el buen muchacho de Martinique me pregunta si conozco Murcia y yo me quedo con cara de «REALLY?»y resulta que había jugado en el Real Murcia hacia tres años. Casualidades de la vida que le pasan a una a casi dos mil kilómetros de su casa.

Otra cosa excepcional que ha pasado es que está haciendo muy buen tiempo y nada de frío –PARA SER LILLE-; con unos días primaverales y todo, así que la gente se tira a la calle como si no hubiera un mañana y las terrazas se llenan.

Y bueno después de esta gran introducción, paso a contar cómo ha sido la visita de mi hermana Lolailo.

Lolailo llegó una noche de un jueves 24 de marzo mientras yo la esperaba en casa de Jesús de Ceuta con más amigos, Jesús si me lees quiero gritarle al mundo entero que viva Ceuta, que viva tú y que esta entrada te la dedico como fan de mi blog. Después de pasar un rato en su casa y enseñarle un poco el centro de Lille por la noche, nos fuimos a casa.

El viernes hicimos turismo fuerte por el centro y el Vieux Lille como nunca, de hecho pasamos por sitios que yo nunca había pasado y nos hicimos mil fotos cual hermanas bloggers que somos. Después para  seguir nuestro tour chti nos comimos un welsh como nuestra cabeza y luego estuvimos rodando por Lille un rato; luego por la tarde quedamos con una amiga francesa de Lolailo que conoció en Taiwan y que vive aquí. Decir que Lola quedó maravillada de lo bonita que es Lille y que hay cosas que hacer, que no sé que imagen tenía de Lille cuando es la mejor ciudad del mundo mundial.

Para concluir el día le enseñamos la noche lilloise y sus distintos sitios típicos en Masséna y Solferino.

Ya el sábado fuimos a Gantemi nueva segunda casa- y vimos la ciudad, comimos en una friterie y Lola probó los gofres. Esta vez no perdimos el bus, y menos mal, porque esa noche era el cumpleaños de Manfredi y le hicimos una fiesta sorpresa muy bonita. Esa noche Lola se fue temprano a dormir y yo me quedé por ahí, resaltando: QUE NO ME DEJARON ENTRAR A LA LATINA POR IR «»BORRACHA»» pongo comillas porque no iba borracha y porque he entrado en peores condiciones y nunca ha pasado nada. Tampoco nos dejaron entrar en Magnum, pero eso es una historia aparte con la casi pérdida por cuarta vez en un año del móvil relleno de caramelos de Ariadna. Después de una desastrosa noche, volví a casa indignadísima, y para rematar casi tengo que trepar las verjas de la residencia porque Lola no oyó el móvil :’).

El domingo nos despertamos para ir al Marché de Wazemmes, donde Lolailo probó el crêpe árabe de carne hallal y sintió la envidia de tener un mercado tan chuli en Lille. Ese a medio día me invitaron a una comida brasileña por Pascuas en la residencia y después fuimos al Cheval blanc con Ainara, Tenoch, Manfredi y P.A. -que es un amigo de Manfredi de su escuela y el cual el día que lo conocimos ni se inmutaba-. Estuvimos hasta el cierre y luego fuimos a la Gare Saint-Saveur que había fiesta-rave cocainómana de Pascuas también –todo es una buena excusa para celebrar y beber aquí-; para terminar el domingo random acabamos en Arts et Métiers bebiendo cerveza, poniendo reggaeton y haciendo un tour con P.A.-que parecía otro- y un payico llamado Victor como guías.

El lunes fue el día de mormoneo así que fuimos a la Citadelle algo tarde y luego a cenar al gran Rihadvisita obligada aunque hayan disminuido considerablemente el tamaño de los Pizzwich-; después estuvimos un rato en casa de Ainara y ya volvimos a casa.

El martes bien temprano fuimos a Triolo las hermanicas y Manolo a coger un blablacar que nos llevaría a Brujas, pasando por una panadería para comprar pains au chocolat, en la cual le tiré el café al pobre hombre por toda la barra y huimos sin dar explicaciones. Así que pasamos el día del bando allí, viendo la gran ciudad, comiendo en el gran Hema y haciendo un free tour en inglés, porque ningún idioma se nos resiste.

El miércoles comenzó nuestro viaje a la capital francesa: en la que hicimos un tour bastante bastante completo contando con que Lola casi que no había visto nada de París; pese a que nos hizo muy mal tiempo –salir de Lille para que te siga lloviendo- pudimos hacerlo todo, aunque nos faltó que saliera más el sol que así no se disfrutan las ciudades. Para el alojamiento, alquilamos una habitación de éstas con la ducha en medio y unos fuegos portátiles con baño compartido en Airbnb; era un séptimo sin ascensor y para lo que buscábamos estaba bastante bien, salvo porque el vecino tenía un conejo que dejaba libre por el pasillo y Lola moría de miedo y a veces ni podía salir de la habitación-por si el conejo le comía-.

El primer día al llegar hicimos el free tour con un hombre muy salao’ –pero nada como mi futuro marido del free tour del viaje a París con Teresa-, comimos en McDonald’s y viendo que llovía mucho vimos el Musée d’Orsay y el Pompidou, bueno y nos comimos un crêpe con un café muy bueno en un libanés. La gran casualidad del día llegó cuando volviendo a casa oigo «¡¿MARINA?!», y veo a mi francesa del intercambio en Loches de hace unos cuatro años… reencuentro emotivo e inesperado donde los haya, la verdad que me hizo muchísima ilusión volver a ver a Margaux después de tanto tiempo.

Al día siguiente seguimos nuestra visita en les Invalidesaunque sin gorro de Napoleón-, un paseo por los Champs Élyséesooooooh Champs Élysées- y una comida de estas que te quitan el sentío cuando llevas ocho meses comiendo a lo cutre. Esa tarde vimos Notre Dame por dentro y paseamos por el Quartier latin, perdiéndonos y acabando en una panadería donde compré el mejor pan que me he comido en mi vida.

El viernes nos tomamos un café en Starbucks porque somos bloggers y vamos de ricas, y fuimos a la Óperaque no la recomiendo porque es más bonita por fuera y por dentro no impresiona tanto-; como hacía niebla y no íbamos a subir a la Torre Eiffel, subimos al mirador gratuito de las galerías Printemps de detrás de la Ópera –que no están nada mal tampoco-. Después fuimos a comer al flunch, restaurante que sí que recomiendo ya que comí todas las verduras que quise hasta reventar y fui muy pero que muy feliz, y además es barato –para ser París, no os esperéis que sea un Roalico, aquí de eso no hay-. Después de comer, rodamos hasta la Saint Chapelle que es preciosa y que hay que entrar sí o sí –menores de 26 años de la UE o con visado entramos ¡gratis!-. Para concluir la tarde fuimos a la Torre Eiffel, que ya es la sexta vez que la visito este año y nos hicimos mil fotos –como las otras seis veces que he ido-. Esa noche cenamos con Margaux, cena que me gustó mucho porque llevaba muchísimo sin saber de ella.

Ya en nuestro último día de París, visitamos mi barrio favorito: Montmatre; hicimos un Apéro a la francesa en el Jardin de les Tuilleries y entramos al Louvre. Después Lola partió a Beauvais y yo me fui en mi querido Megabus a Lille. Esa noche con maleta y todo fuimos a casa de un amigo a ver el partido, «»jugar»» al Fifa, hacer el mongolo y beber algo.

Y así terminó el viaje de reencuentro de las hermanas Rubio Alberca. Sé que lo he resumido bastante, pero las fotos hablan por sí solas y decir que lo pasamos muy bien.

Y ya para terminar este resumen de este mes decir que el sábado me voy a Berlin y que viene mi última visita: ¡Paquito! Así que volveré pronto a contaros qué tal.

Un besazo.

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Esta soy yo en una pared que pone te quiero en todos los idiomas porque os quiero mucho a todos seáis de donde seáis jojojo.

 

Marini.

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